Papá decía que la infancia era como emborracharse. Todo el mundo recuerda lo que hiciste excepto tú. Pero mi infancia ocurrió en sobriedad. Lo recuerdo todo. Desde el principio. Siempre me gustó sentirme enjaulada,
Decía que la infancia era la mejor etapa de la vida: Dura poco, pero todo todo mundo merece una.
Decía que lo que más ansiaban los ancianos era el contacto humano.
La vida no consiste en mirar hacia atrás, Gracie. Se trata de vivir hacia delante.
Igual que el alma todas las cosas se pueden reparar y nuestras grietas pueden celebrarse.
Perder un gemelo es como perder un ojo, Sylvia. Nunca vuelves a ver el mundo de la misma manera.
El duelo es una nada. Deja un sabor metálico en la boca. Te pone piedras en el estómago. Las lágrimas no fluyen. Tienen demasiado miedo.
Una cosa era crear una jaula para mí y otra era que alguien más me encarcelara.
La vejez es ingrata, se cuela sin que te des cuenta.
Las peores jaulas son las que nos creamos a nosotros mismos.
La vida es un enorme tapiz que se debe experimentar.
La vida solo puede entenderse en retrospectiva, pero hay que vivirla hacia delante. Los caracoles nunca vuelven sobre su rastro.
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