La maternidad ha sido romantizada
por siglos, pero cada vez son más las mujeres que reconocen la realidad sobre
ser madres, esto no implica que no quieran a sus hijas e hijos, es solo que
parafraseando a Rosario Castellanos en su poema Se habla de Gabriel: un hijo es
un huésped que estorba al ocupar un lugar que era de una sola persona, haciendo
a la madre partir en dos cada bocado y existiendo a deshora. Te roba el color
de tu sangre y añade un peso a tu ser sobre la tierra y tras la hemorragia de
su desprendimiento se va también el último momento de soledad.
Muchas mujeres no están listas
para esta forma de vida, pero qué pasa cuando descubres que estás embarazada
después del segundo trimestre. Aunque pareciera increíble esto puede pasar, ya
que a algunas no les crece la panza, así que cuando te das cuenta ya es muy
tarde para abortar y confías en que tu vida de alcohol, drogas y sexo sin
apegos hagan su trabajo con un niño que no quieres que nazca, este es el
contexto de la película noruega Ninjababy, dirigida por Yngvild Sve Flikke.
En ese marco nos encontramos con
Rakel, una joven de 23 años que acaba de abandonar sus estudios de diseño
gráfico en la universidad; al enterarse de lo sucedido entra en shock, no sabe
qué hacer con su vida, pero está completamente segura de que ser madre no se
encuentra en sus planes y a esto abónenle que el padre del niño es Jesús el
Pito, apodado así por muchas y cayendo en cuenta que nadie sabe su nombre.
Así es que, al no poder abortar,
decide darlo en adopción; pero le preocupa que el niño termine en algún hogar
con pedófilos o personas racistas, entre otras ideas que se hizo. En tanto
busca la persona adecuada para quedarse con su bebé diseña a Ninjababy, lo
llama así porque estuvo oculto sigilosamente en su vientre. Este personaje que
solicita ser adoptado por Angelina Jolie, representa el lado moral o mejor
dicho, el tabú al deseo de no ser madre.
En ese sentido, en este filme
basado en la novela gráfica El arte de caer, de Inga H. Sætre, nos encontramos
con varias cuestiones: ¿Un hijo te obliga a quedarte con el padre? ¿Tus
proyectos e incluso tu vida, son más importantes que tus vástagos? ¿Podrías
vivir sin ver crecer a tus niñas o niños? ¿Preferirte a ti, antes que lo que
nació de ti, es ser egoísta?
Lo único que podría responder, es
que hijas e hijos necesitan crecer en un hogar donde sean amados y si no son
deseados, imaginemos las personas en que se convertirán cuando crezcan. Los
niños no arreglan matrimonios y tampoco mantienen unidas a las parejas, mucho
menos se tienen hijos ‘porque Dios así lo quiso’ o para que te cuiden cuando
seas mayor.
Entonces, al igual que Ninjababy,
entendemos que Rakel no es una persona egoísta sino todo lo contrario: se
preocupa por asegurar el bienestar que ella no podrá garantizar, porque no es
su deseo ser madre y tampoco cuenta con los recursos económicos que esto
implica.
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