Netflix se ha aventurado a
producir series sobre adaptaciones de grandes obras de la literatura
Latinoamérica, tal es el caso de Cien Años de Soledad, Pedro Páramo y la más
reciente: Las Muertas, pero no ha recibido las mejores criticas debido a la
poca fidelidad de sus historias.
Al respecto, puedo decir que la
adaptación a la obra de García Márquez fue la más ambiciosa y aunque los
puristas encontraron varios cambios al libro, yo sí imaginaba a Macondo y a sus
personajes como los mostraron; pero en el caso de la obra de Juan Rulfo, el
director nos enseñó su visión de esta novela y muchos no la compartimos.
En ese contexto y hablando de Las
Muertas, me gustaría enfocarme en una de sus protagonistas: Paulina Gaitán, que
a mi parecer es una de las mejores actrices mexicanas de nuestra época y lo ha
demostrado en grandes producciones de Netflix, Amazon y HBO, pero
lamentablemente las adaptaciones que ha protagonizado son malas.
En el caso de Las Muertas, de
Jorge Ibargüengoitia, nos encontramos con la historia de Las Poquianchis:
asesinas seriales y proxenetas mexicanas, que la extinta revista Alarma -con su
enfoque sensacionalista- popularizó y que en la novela apreciamos escenarios
dantescos, violaciones y vejaciones, y una red de prostitución permitida por el
poder en turno.
En la serie, Gaitán se transforma
en una de las hermanas que cometieron los crímenes y sin duda es la que mejor
actúa, pero no me agradaron los escenarios pintorescos, los chistes simplones
que intentan pasar por humor negro y las escenas sexuales innecesarias en donde
explotan la figura de la actriz. En resumen, cuando uno lee Las Muertas, puede
percibir el aroma de la desgracia.
Por otra parte, cuando conocí a
la intérprete en cuestión, fue en la adaptación de Diablo Guardian, en donde
Xavier Velasco nos cuenta sobre Violetta: una joven mexicana que le roba dinero
a sus padres para migrar a Estados Unidos y vivir una vida de excesos, desde
niña siempre supuso que era una “put#” y aunque en ese entonces le daba otra
interpretación a la palabra, sí lo terminó siendo.
Esta gran obra mexicana
protagonizada por Paulina Gaitán, fue una buena adaptación en su primera
temporada y prometía bastante, pero lamentablemente la terminaron destrozando
para alargarla y por meterle temas de moda como el narco. Terminó pareciéndose a
cualquier novela mexicana, como Las Muertas. De hecho, hace años, haciendo la
misma crítica en Twitter, Xavier Velasco respondió: “No eres tú, somos muchos.
Eso ya no es el libro”.
Finalmente, bien por la actriz
mexicana y su gran trabajo; mal por las adaptaciones mencionadas, debido a que
deben implicar una comprensión profunda de la obra para traducirla a la
narrativa cinematográfica e hicieron lo contrario.
P.D. Si gustan ver algunas
películas basadas en grandes obras de la literatura y en donde sus creadores
trabajaron en el guion, les recomiendo las adaptaciones de El Amante de la
China del Norte (el filme se llama El Amante), de Marguerite Durás; y Como Agua
para Chocolate, de Laura Esquivel. Ambas participaron en los guiones y ojo,
hablo de largometrajes, no de la serie creada por HBO que no le gustó ni a
nuestra escritora mexicana.
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