Puede que ahora sea duro, pero es muy posible que en el
futuro tenga consecuencias positivas.
Las palabras tienen poder y ese poder hay que saber usarlo se una forma correcta. Como mínimo deben ser justas e imparciales. No pueden caminar solas.
Sin cierta arrogancia es imposible convertirse en escritor.
Hay cosas mucho más importantes para un escritor que los premios literarios. Una de esas cosas es tener claro en tu interior que con tus manos produces algo con sentido. Otra, saber que hay unos lectores que aprecian en su justa medida lo que haces, ya sean muchos o pocos.
La originalidad es algo fresco, enérgico e inconfundiblemente propio.
El fundamento de todo escritor es contar una historia; expresado con otras palabras se puede decir que es penetrar en la parte más profunda de la conciencia. En cierto sentido es sumergirse en la oscuridad del corazón.
La falsa idea de la eficacia ha terminado por barrer la imaginación hasta el punto de ser incapaces incluso de sentir o suponer el dolor ajeno.
Un escritor es un individuo que crea un mundo propio en su interior y lo hace crecer día a día.
Mi deseo con relación al sistema educativo es sencillo: que no aplaste la imaginación de los niños que la tienen.
En el hecho de escribir se oculta una intención de curación de mí mismo.
Escribir está bien si resulta divertido.
Una persona con defectos solo podía escribir novelas con defectos.
La única cosa que hay que temer de verdad es morir rodeado de aduladores y alabanzas.
Las novelas brotan con naturalidad del interior de uno mismo. No se construyen a golpe de estrategia.
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