La televisión, como se sabe, es el gran auxiliador de los padres que no encuentran o no quieren gastar en niñeras.
¿Por qué no tenemos un hijo? Ay Dios, suspiró Susana, ¿ves cómo quieres recurrir al viejo truco de embarazar a la señora para que se quede toda inflada, sin salir de la casa, y luego ande dándole de mamar al bebé mientras el hombre se la pasa a todo dar?
Nadie es protierra en su feta.
¿Nadie le había dicho a ese pobre que las cosas no se dicen así, porque se banalizan aún más de los banales que ya son?: la vida es pésima literatura.
Una experiencia escalofriante era acostarse con una mujer cuando se ama a otra que se ha perdido.
García Márquez había dicho que, en el cielo, Dios llevaba una cuenta pormenorizada de todas las mujeres que querían con uno, y uno rechazaba; por cada uno de estos rechazos correspondían cinco años más de purgatorio.
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