La juventud es lo más deseado y
añorado por todos, quizás es por lo que nos cautivan las personas y situaciones
que la poseen, pero qué sucede cuando te enamoras de alguien que en la flor de
su juventud se está marchitando. Esta es la historia de El Animal Moribundo,
del escritor estadounidense Philip Roth.
El protagonista es David Kepesh,
un profesor de 62 años que enseña literatura en una universidad de New York,
además de ser un defensor de la revolución sexual y colaborar en programas de
radio y televisión hablando de libros. Su función docente le ha servido para
conquistar alumnas, con la única regla de esperar a su graduación para intimar
con ellas porque oficialmente ya no se encuentra in loco parentis.
En ese contexto, conoce a
Consuelo, una joven cubana de 24 años con la que inicia una amistad erótica que
lo lleva a romper sus propias reglas. Desde que abandonó a su esposa e hijo
decidió vivir la masculinidad emancipada, que consiste en ser libre de las
ataduras de la familia y las relaciones de pareja tradicionales.
¿Qué hizo que el protagonista
rompiera su principio? La belleza, la sobriedad y el buen gusto de Consuelo
para su vestimenta serena; así como sus “pechos poderosos y bellos”. Kepesh
tiene un fetiche con los senos y sumando el sexo a todo lo mencionado, consiguió
desordenar su vida. Obteniendo una necesidad por ella y el temor a perderla.
Es así como Philip Roth, nos
ejemplifica que “el sexo desordena nuestras vidas normalmente ordenadas” y que
el matrimonio cura los celos al firmar un contrato que incluye promesas como la
de juntos por siempre, otorgando serenidad al que tiene miedo de perder o
compartir a la persona que ama.
Hasta aquí no hemos leído nada
que alguien no haya vivido, pero paradójicamente, quien podría partir antes en
esta historia no es el sexagenario sino Consuelo, que con su juventud y belleza
es “una obra maestra de la voluptuosidad”, pero lamentablemente descubre que
tiene cáncer de mama y es aquí donde inicia la verdadera historia de esta gran
obra, porque “puede que la edad no haga lo mismo que el cáncer, pero hace
bastante”.
Finalmente, “La única obsesión
que todo el mundo desea: ‘amor’. ¿La gente cree que al enamorarse se completa?
¿La unión platónica de las almas? Yo no lo creo así. Creo que estás completo
antes de empezar. Y el amor te fractura. Estás completo, y luego estás
partido”, se lee en El Animal Moribundo.
Cabe destacar, que existe una
película basada en esta novela llamada La Elegida, dirigida por la española
Isabel Coixet y protagonizada por Penélope Cruz, que es perfecta en el papel de
Consuelo y Kepesh es interpretado por Ben Kingsley. El filme es bueno, pero no
retrata como tal todos los miedos del protagonista, entre ellos la inevitable
extinción de su virilidad.

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