En ese contexto, recordé la
película Un día sin mexicanos, estrenada en el 2004 y dirigida por Sergio Arau,
más conocido por la banda de rock Botellita de Jerez. Este filme narra la
historia de la repentina desaparición de los latinos indocumentados en California
y su impacto económico, social y productivo.
Es así como fuera del fenómeno
inexplicable y las consecuencias que se plantean, nos encontramos con una
comedia simplista que no da más pero que, si el título lo hacemos pregunta, nos
hallamos con importantes reflexiones y debates sobre el valor de los migrantes
para Estados Unidos.
Hace 20 años, Arau planteó la
hipotética desaparición de latinos en California, dejando ver la dependencia a
la mano de obra barata que implica la contratación de migrantes ilegales,
generando importantes ahorros a los productores, constructores y a las familias
que contratan servicios domésticos en el país vecino.
Hoy, con el inicio de las
deportaciones masivas muchos productores estadounidenses reportan los campos
vacíos, debido a la ausencia de los migrantes a quienes califican como
trabajadores esenciales y temen el colapso de su industria; afirmando que esto
sucederá tras solo unos días sin contar con la mano de obra para sembrar,
cosechar u ordeñar y alimentar vacas.
Ahora, surgieron noticias falsas
sobre que México negó el aterrizaje a aviones con migrantes y objetivamente
hablando, lo ideal es que todos fueran repatriados a sus países, pero la
mayoría está huyendo al nuestro y no gozamos de oportunidades laborales o
sueldos competitivos con el país vecino, así que esperemos que nuestra nación
no se convierta en un embudo por los caprichos del mandatario estadounidense,
que en Gringolandía cambió el nombre del Golfo de México a Golfo de América
(cucú).
Finalmente, la película de la que
escribo hoy que toma gran notoriedad por la coyuntura actual, sirve para
reflexionar y denunciar las necesidades de los productores, pero sobre todo lo
que las y los mexicanos necesitamos, no olvidemos que las remesas representan
el 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.
Por otra parte, para las hermanas
y hermanos migrantes que fueron repatriados, el Instituto Nacional Electoral (INE)
tiene una campaña para dotarlos de credenciales para votar y así puedan
identificarse, además de conseguir empleo y otros beneficios. Quienes
tramitaron su última credencial después del 2014, bastará con sus huellas para
identificarse y quienes lo hicieron años atrás, deberán presentar acta de
nacimiento, comprobante de domicilio y una identificación con fotografía, de no
contar con las dos últimas cosas mencionadas deberá acompañarse de dos
testigos.
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