La Sustancia, es una película
dirigida por la francesa Coralie Fargeat, protagonizada por Demie Moore como
Elisabeth Sparkle y Margaret Qualley como Sue. Este filme independiente ha sido
bien recibido por la crítica y bien vendido a través del morbo, al definirse
como una película de terror corporal, que en realidad nos cuenta una gran
historia y nos muestra que la verdadera sustancia la tiene la actriz de 62
años, Moore.
El filme nos narra la
cotidianidad en el mundo del espectáculo: Elisabeth es una actriz de 50 años
que en su mejor momento ganó un Oscar y ahora es la protagonista de un programa
de ejercicios; como suele suceder, el productor la despide sin previo aviso
porque necesita a alguien joven y que cumpla con los estándares de belleza
hollywoodenses.
En ese contexto, llega a nuestra
protagonista un suero experimental llamado La Sustancia, que al usarlo crea una
versión más joven de ella misma y que nace de su espina dorsal. Así es: no
rejuvenece, existen dos cuerpos que son la misma persona y deben ser usados
durante una semana cada uno, en tanto el cuerpo que descansa se alimenta de un
líquido estabilizador. El tiempo extra que un cuerpo use, afectará al otro
significativamente.
Así es como Sue audiciona para el
programa del que su yo madura fue despedida y no solo consigue el estelar,
vuelve a convertirse en una gran estrella de la televisión y es cuando hablamos
de una adicción, debido a que la juventud y la fama son drogas letales que te
obligan a forzar los cuerpos o en el caso de la película, usar el cuerpo joven
por más tiempo del estipulado, pero como bien dice uno de los aforismos de
Antonio Porchia: “La flor que tienes en tus manos ha nacido hoy y ya tiene tu
edad”.
Pero ¿por qué digo que Demi Moore
es la verdadera sustancia? La actriz estadounidense es reconocida por su
talento y gran belleza -que por cierto no ha perdido, solo madurado- igual que
su actuación y esta interpretación es una prueba de ello, mostrando su bella
figura y los detalles del tiempo en su piel para denotar la crudeza de esta
historia, reafirmando que en esencia ella sigue siendo la misma gran actriz que
cumple con lo que se requiere para darle vida al personaje y no una belleza
efímera de Hollywood.
Esta es la razón de que Sue
consiga el papel y vuelva a triunfar, porque cuerpos y rostros hermosos hay en
todos lados. Ojo: mantenerse así cuesta dinero y mucha disciplina, para nada es
algo sencillo, pero no es la belleza la que te lleva a triunfar sino el talento
y esa es la verdadera sustancia de nuestro ser, por eso nuestras protagonistas
-que son la misma persona- logran conquistar dos veces el mundo del espectáculo
y sin dar spoilers: ¡no olviden que solo somos carne!
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