La Esquinta Rota: “El último duelo”, historia que persiste hasta nuestros días / Francisco Félix Durán

 

“La pena por dar falso testimonio contra un hombre por parte de una mujer en caso de violación es desnudarla, raparla, ponerle un collar de hierro, atarla a un poste de madera y quemarla viva”. Bajo esta advertencia dada a las mujeres de Francia en el siglo XIV, ¿quién se atrevería a denunciar?

Este cuestionamiento es parte medular de la película “El último duelo”, dirigida por Ridley Scott, basada en el libro “El último duelo: una historia real de un juicio de combate en la Francia medieval”, de Eric Jager, autor que colaboró con el guion y que, a través de una extensa investigación histórica, nos cuenta el último juicio por combate del país galo.

El planteamiento es sencillo: tenemos a Sir Jean De Carrouges, un caballero que se ha hecho de un nombre en las batallas, pero es poco sociable; y a Jacques Le Gris, un escudero que con sus conocimientos en literatura y matemáticas, supo colocarse en la corte del conde Pierre d´Alençon y ganar sus favores. Ambos eran amigos, hasta que sus intereses cambian y solo uno de ellos se ve afectado.

El centro de la historia es Marguerite, esposa de Carrouges, quien denunció públicamente a Le Gris de haberla violado y llevó la demanda hasta oídos del rey Carlos VI, quien por petición de Sir Jean autorizó el duelo, la victoria sería dada por Dios a quien tuviera la verdad y la razón.

Es así como el filme nos muestra a mujeres que deciden callar este tipo de actos debido al qué dirán, a la posición económica de los abusadores, al valor menor de su palabra contra la de un hombre, al temor de perder el juicio y enfrentar el castigo, así como el hecho de normalizar estos infortunios.

Lamentablemente, siete siglos después del juicio por combate más mediático de la historia, este tipo de situaciones persisten con procesos judiciales que parecen proteger al victimario y medios de comunicación que culpan a la víctima.

Afortunadamente, hay muchas mujeres como Marguerite Carrouges que no se rinden y aún luchan por su derecho a la justicia.

 


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