En el filme “Òlòturé”, se muestra a una periodista
infiltrada como prostituta, indagando sobre cómo reclutan y llevan a las chicas
a Europa, descubriendo una red de hombres políticamente poderosos que lejos de
protegerlas, las vulneran. Además de denunciar que a nivel mundial, la
explotación sexual genera 99 mil millones de dólares anualmente y la ruta a
través de África produce 150 millones al año.
Por otra parte, en el largometraje “Joy”, se expone la vida
que llevan las migrantes como prostitutas en Viena, trabajando para poder
saldar una deuda interminable por haberlas llevado a Austria y poder comprar su
libertad. Muchos se preguntarán por qué no escapan, pero sus arraigadas
creencias se los impiden.
En ambas películas se muestra un pacto entre la organización
y la víctima, a través de un ritual conocido como “Juju”, realizando un
sacrificio que lleva consigo un juramento: saldar la deuda y no escapar, ya que
de hacerlo pueden morir y por increíble que parezca, esto es una pieza clave de
la red.
Ambos filmes invitan a generar conciencia y por mi parte espero que también provoque empatía hacía los hermanos migrantes, es una pena
que cuatro de cada cinco migrantes africanas se dediquen a la prostitución y
existan consumidores de este mercado ilegal, que globalmente genera 150 mil
millones de dólares al año.
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