Irán estuvo en el ojo de mundo durante varios días, debido a la posible tercera guerra mundial que afortunadamente no sucedió; pero debería continuar en el dialogo global por su autoritario gobierno teocrático y la intensa represión hacía mujeres y niñas.
Este escenario lo plantea de
manera brillante el director iraní Mohammad Rasoulof, en el largometraje La
Semilla del Fruto Sagrado, que fue filmado en Alemania debido a que el cineasta
fue condenado a azotes y ocho años de cárcel, por una película anterior en su
país natal.
En ese contexto, nos encontramos
en los disturbios generados tras la muerte de Mahsa Amini en el 2022, quien al
no llevar bien ajustado el velo fue arrestada y torturada por la policía de la
Moral, falleciendo horas después en el hospital a causa de traumatismos,
situación que derivó en protestas que se llevan a cabo hasta nuestros días, con
mujeres sin usar esta parte de la vestimenta obligatoria en aquella nación.
Es así como tenemos a una familia
tradicional en Teherán, integrada por un padre, una madre y dos hijas. El líder
de la familia acaba de ser nombrado investigador del Tribunal de la Guardia
Revolucionaria, con la promesa de que si hace todo bien, será ascendido como
juez y quién no quiere serlo, si ya hasta vimos a candidatos a magistrados y
jueces bailando en TikTok para obtener votos en México.
El conflicto de la historia y que
no está muy distante de ser una realidad en nuestro país, es que para conseguir
el cargo tiene que procesar a las personas que no están de acuerdo con el
actual régimen -no importa si son inocentes o culpables- por pensar diferente.
Por otra parte, tenemos a las
hijas adolescentes, quienes gracias a una amiga descubren que la represión a
los derechos de las mujeres no está bien y que necesitan hacer frente al
gobierno autoritario. Con una madre obediente al esposo y a las creencias religiosas,
pero consciente de que ante todo está el bienestar de sus descendientes.
¿Por qué se llama La Semilla del
Fruto Sagrado? El higo sagrado es un árbol cuyas semillas se esparcen en el
excremento de las aves para depositarse en otros árboles que funcionan como
huéspedes, lo que lleva a la parasitación y aniquilación. Hermosa metáfora de
la religión.
Finalmente, tras este filme
sabemos que su director no regresará a su país y por seguridad, sus
protagonistas también están exiliadas en Alemania. Así es que Irán, que iba
supuestamente a la tercera guerra mundial, en realidad está librando una
batalla interna contra las mujeres y estoy seguro de que ellas ganarán como
siempre lo han hecho en otras partes del mundo.
Cabe destacar, que la Premio
Nobel de la Paz 2023, la iraní Narges Mohammadi, quien ha entrado y salido en
varias ocasiones de la cárcel por su activismo, hoy enfrenta una condena de
casi 12 años de prisión y 154 latigazos.
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