Bolsonaro dejó claro que impugnaría cualquier resultado que
no lo dejara como ganador. Supongo sabía de las fuerzas oscuras que estaba
despertando cuando comenzó a cuestionar el sistema electoral del país. Ese es
el primer paso de cualquier manual para matar una democracia.
El socialismo falló porque negó la religión.
Uno no puede negar los valores en los que la gente cree.
Durante un tiempo, las revoluciones derrocaban a un rey ungido por Dios para crear una sociedad laica cuyo poder surgía del pueblo. Últimamente, parece que van en la dirección opuesta.
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