Para el cronista, la noticia es
la anécdota y la anécdota la noticia.
El periodista que no esté
dispuesto a tomar riesgos, sólo terminará robando su propio botín. Una y otra
vez.
Para escribir de triunfos, se
puede partir por la derrota.
Si llenamos las bolsas con todo
lo que encontramos en el camino, después no las podremos levantar.
El azar no es propiedad
exclusiva de la literatura.
Escribir un texto borrando tus huellas es como ir a lavarte las manos cada vez que saludas a alguien.
Las historias no llegan cuando
uno quiere, pero siempre aparecen si uno espera.
Los contrastes son fundamentales
en una crónica. Alimentan por si solos el relato.
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