La Esquina Rota: Las bestias, algunas no se pueden domar / Francisco Félix Durán


España posee más de 4 mil municipios con espacios rurales en riesgo de despoblación irreversible y más de mil 800 localidades consideradas en extinción poblacional, la causa es la migración de los jóvenes a las ciudades en busca de empleo y educación, convirtiendo a las personas de la tercera edad en los únicos habitantes del campo.
Esta situación aparece muy bien retratada en la película Las bestias, del español Rodrigo Sorogoyen, narrando la historia de Antoine y Olga, una pareja francesa que compra tierras para vivir de sus frutos en una aldea de Galicia, pero el resto de la población está decidida a vender sus terrenos a una eólica noruega, el conflicto es que venden todos o no compran a nadie.

En ese contexto nos encontramos con los hermanos Anta, que comienzan a presionar a Antoine para que venda, demostrándole que no es bienvenido saboteando sus cosechas y haciéndole vivir un acoso intenso, en un filme lleno de terror psicólogo en donde algunas bestias no se pueden domar y tampoco suelen razonar.

Por otra parte, este filme es una alegoría de la Rapa das Bestas de Sabucedo, celebración anual llevada a cabo en esta localidad de Galicia, que consiste en recoger caballos en libertad para raparlos y márcalos con un chip, esto lo hacen los aloitadores que con fuerza y destreza inmovilizan a las bestias en una batalla cuerpo a cuerpo, para dejarlos nuevamente en libertad.

Entonces, los hermanos Anta, como buenos aloitadores, saben que solo cuentan con su fuerza y la intimidación para enfrentar al francés. En Galicia no se usan palos, cuerdas o herramientas para la Rapa de Bestas, actividad que inicia con la reunión de las mismas y conducción a Sabucedo, pero ¿Qué pasa cuando la bestia no se deja guiar y tampoco rapar?

La migración de las juventudes a la ciudad -según se aprecia en el filme- se debe a mejores oportunidades laborales y poder formar una familia. Al haber en su mayoría ancianos en estas localidades, es difícil encontrar una mujer para hacerlo; además de cierta discriminación a quienes habitan y se dedican al campo y por increíble que parezca a las personas de América, existe gente en España vendiendo sus tierras para comprar un taxi y laborar en la ciudad.

En cuanto a la doma y al raciocinio de las bestias, en una sociedad patriarcal el macho no cederá y mucho menos se dejará domar, aunque la razón le muestre el peligro que corre y existen cifras significativas que demuestran que el machismo acorta la vida de los hombres.

Finalmente, es lamentable constatar que la pobreza nubla la visión del desarrollo y cómo, la miopía no nos permite ver a la distancia.

 

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