Más allá de los diálogos poéticos
de las tragedias griegas, nos encontramos con historias que sirven para
restablecer el orden social, recuperar la fe en los dioses y en el destino que
estos nos marcan, con héroes griegos que aceptan la fatalidad del hado de
manera estoica y siempre con una reflexión ciudadana.
Estas historias que podrían
resultar extraordinarias, en realidad son de lo más comunes y quiero centrarme
en dos obras escritas por Sófocles, me refiero a Edipo Rey y Electra. Hoy en
día es muy común encontrar a lo que denomino “Edipos modernos”: padres que
consumen el OnlyFans de sus hijas y al supuestamente descubrirlo, no tienen el
valor para sacarse los ojos.
En ese contexto, en Edipo Rey,
Sófocles nos narra la historia de Edipo, a quien el oráculo condenó al momento
de nacer, anunciando que derramaría la sangre de su padre y se aparearía con su
madre. Al cometer su fatal destino, decide sacarse los ojos y hoy en día
deambula ciego en el Hades.
Lo anterior podría parecer
moralmente aberrante e increíble de suceder, pero si buscan noticias sobre
padres que descubren que consumían el OnlyFans de sus hijas sin supuestamente
saberlo, encontrarán un centenar de ellas; la diferencia es que ellos entran en
depresión y no aceptan -como Edipo- la fatalidad el hado, además de que al no
haber castigo, no hay reflexión para estos consumidores.
Por otra parte, nos encontramos
con el Complejo de Edipo, que moralmente asusta, pero es una realidad en
nuestros infantes. En esta teoría, Sigmund Freud dice que entre los tres y seis
años, en lo que denomina Etapa Fálica, los niños comienzan a sentir placer a
través de sus genitales, además de sentir deseo hacía su madre y entrar en
rivalidad con su padre. Este proceso natural de los varones permite la madurez
de la identidad sexual.
Asimismo, nos encontramos con el
Complejo de Electra, en donde Carl Gustav Jung (discípulo de Freud) adapta el
Complejo de Edipo al caso de las mujeres. Básicamente es lo mismo, con la
diferencia de que el apego con la madre compensa su rivalidad, además de
sentirse atraídas por el padre como parte de la conservación de la especie y
que se identifican como castradas, a diferencia de los niños, que temen que su
padre los castre.
¿Pero quién es Electra? En esta
obra de Sófocles que lleva el nombre de su protagonista, Agamenón es asesinado
tras regresar de Troya por Egisto, con quien se casa su esposa y genera un gran
resentimiento en su hija, quien busca vengarse y lo consigue gracias a su
desterrado hermano Orestes. Hablamos de hijos que matan a su madre, para vengar
a su padre.
Así es como estas grandes obras
de Sófocles, una de las figuras más destacadas de la tragedia griega y quién
vivió en los 400s a. C., aún influye en nuestros días en conceptos, teorías,
cine, literatura y en nuestras vidas. Finalmente, me gustaría mencionar que las
dos teorías citadas, hoy en día son criticadas por psicoanalistas modernos,
pero suponen una etapa normal en el desarrollo psicosexual de las niñas y los
niños.
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